Desde pequeño me gustó la literatura, no era algo de lo cual mi familia estuviera orgullosa, no soportaban la idea de tener un hijo que opacaba la realidad con fantasías.
Provengo de una familia racional, sin ideales en particular y sin valores católicos. El primero y único hasta ahora en ignorar la tradición y monotonía de mi familia fue mi tío Pablo. Un hombre de Dios quien se dedicó la mayor parte de su juventud a sacar de la frivolidad a mis padres e instaurar una nueva forma de relacionarse.
Hace más de 24 años que mi tío se encarga de la misa, en la capilla San Pío y generosamente me reserva un puesto cerca del altar, ya que soy el único que está convencido de la existencia de Dios dentro de mi hogar.
Lamentablemente mis padres marginaron a mi tío Pablo y borraron de sus memorias todos los recuerdos del pasado que tenían de el. Ahora ellos se dedican a trabajar, es única entretención. Mi padre trabaja en un colegio, es profesor de matemática su severidad con los alumnos le causa problemas y como sanción termina siendo expulsado de la institución educativa, en sus 33 años como profesor 12 veces ha cambiado de establecimiento educacional.
Su amor por la matemática es tan grande que me puso el nombre de Paolo, en honor al físico y matemático italiano, Paolo Ruffini. No basto eso para hacerme un genio, mis padres muchas veces se lamentaron por mi rendimiento en matemática y tuvieron que soportar el trago amargo de mi fascinación por la literatura.
Todo cuento que traía a mi casa terminaba ardiendo en la chimenea, por lo cual nunca pude terminar una historia, mi más grande deseo era leer por completo una obra de caballeros y dragones, acariciar las páginas y enamorarme de cada palabra. Pero aquel deseo era siempre repudiado por mi padre, que me amenazo con sacarme los ojos si insistía en intentar leer.
Un día en que mi tristeza fue muy grande, decidí ir en búsqueda de consuelo y comprensión y recordé a mi tío que a escondidas me hablaba de un ser capaz de curar el dolor de los hombres, siempre me saltaba la duda si mi tío me contaba cuentos o era una verdad.
Caminé sin rumbo durante horas, hasta que llegué a una construcción curiosa, que tenía en lo alto una cruz como símbolo. Entre dejándome llevar por la curiosidad, al entrar, un silencio total reinaba. Escuché una voz que me llamaba, era mi tío. Me explicó que el era el encargado, y en ese instante fue cuando escuché por primera vez la palabra "Iglesia".
Cuando ya era hora de retirarme, mi tío me obsequio un libro grueso llamado "Biblia" lo acepte alegremente. Cuando acaricié la portada apareció en mis pensamientos la figura de mi padre. Debía entrar con precaución a mi casa, si quería salvar el libro del mismo destino de los libros anteriores.
Llegué a mi casa y rápidamente fui a mi habitación, un fugaz puñetazo me detuvo. Era mi padre, estaba furioso por mi atrevimiento al traer otro libro, me arrebató la Biblia y la lanzó a las llamas, ante despreciable acto, reaccioné con llanto.
Estaba sumergido en una angustia horrenda, mi padre se retiró dejándome solo en mi tristeza, la cual no duro mucho ya que la Biblia no había sido consumida por el fuego estaba intacta. Fue ese libro el primero que leí y me hizo despertar de una vez y para siempre de mi ignorancia.
Ahora soy un joven que esta preparándose para entrar al seminario.
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6 comentarios:
Este cuento no me ha gustado tanto como otros que has escrito, y aunque es extenso, facilmente podria ser resumido a unas cuantas lineas. Lo que si me gusto es que realmente lograste dar la impresión de ser Paolo, claro que sin desprenderte totalmente de tu propio ser.
Y aqui dejo la "galleta" xD,ojala te guste.
Por mí ojalá todos escribieran aunque sea un simple hola sin destinatario... xD
En cuanto al cuento, comparto lo que dijo el Thomás, uno en verdad llega a pensar que eres Paolo... pero no sé, en palabras simples, ¿Qué te pasó? en otro cuento hubieras descrito el "milagro de la biblia in-combustible" de una forma mucho más extensa y detallada... es como lo solías hacer, darle en tu texto predominancia a esa parte.... e igual que Thomás, sí podría resumirse a unas cuantas líneas.... sin embargo está bien desarrollado, como ya dije, te metiste tanto en el personaje que hasta yo que sé quie no eres Paolo quedé con la idea de que quizás sí y eso no es fácil..... y la idea muy original por lo pronto.
(Y) xD
Ahora si te puedo escribir...
Filo...
Muy bello tu texto...
Me gustó tu redacción...
Realmente...Pobre Paolo.,..
Yo no me puedo imaginar una vida sin literatura...
Sería lo mas aburrida(aunque todos dicen lo contrario acerca de la lectura)
Eso sería...
Besos.
Paolo! es decir Jano!
es que se me confunden el parecido que tienen, y el padre de él que me recuerda al Cisterna.Me gustó la historia si,la temática,esa crítica uqe te gusta hacer tanto hacia todo lo que es lógica ,y ademas que me gustó la redacción y todo eso.Claro que revisa algunos tildes que te faltaron por ahí.
Ya Jano PoetasH.Sigue escribiendo están muy buenos tus cuentos.
Augusto
me encanto tu historia.. de verdad,
debo admitir que como en realidad no te conozco mucho, realmente creí q eras paolo...aunque todos te dijeran jano.. :)
me dio la impresion de que el hogar de paolo era como afrenheit 451.. q era como un crimen tener un libro (yo sinceramente no podria vivir asi)
i despues el milagro de la biblia y too..
me encantò
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